programa nacional de salud integral jovenes y adolecentes
¿Por qué se crea
este programa?
Este programa de salud integral de adolescentes y jóvenes se
crea debido a las altas prevalencias de Enfermedades Crónicas no Transmisibles,
que se adquieren en el período de la adolescencia y juventud, provocando
morbilidad o mortalidad durante la edad adulta (Schutt-Aine, 2003).
Adolescentes y jóvenes cuentan con un Programa Nacional de
Salud, integral e integrado, de calidad, con enfoque de derechos, determinantes
sociales, género y pertinencia cultural.
Que tiene como misión
implementar y desarrollar el Programa Nacional de Salud Integral de
Adolescentes y Jóvenes, regulando una provisión de servicios de atención
integral, diferenciada e integrada, respetuosa de los derechos, que responda a
las necesidades de adolescentes y jóvenes, teniendo en cuenta su pertinencia
cultural y de género. Asimismo, enfatizar las acciones de promoción de la salud
y fomento de factores protectores, prevención del riesgo y daño, a través de
intervenciones sostenibles en el tiempo, focalizadas en población de
adolescentes y jóvenes vulnerables, otorgadas por equipos interdisciplinarios
comprometidos y capacitados.
Objetivos
Desarrollar un programa de atención de salud integral para
adolescentes y jóvenes que favorezca su crecimiento y desarrollo saludable,
mediante el fortalecimiento y optimización de la oferta y el acceso a servicios
de salud integrales y prestaciones de salud que respondan a sus necesidades,
considerando especialmente el enfoque de derechos, de género y de pertinencia
cultural, así como la participación activa de adolescentes y jóvenes,
focalizados en los más vulnerables, la familia y la comunidad.
Objetivos
Específicos
1. Establecer
marco regulatorio técnico administrativo y operacional, vinculado a las áreas
programáticas priorizadas, que permita la implementación del Programa Nacional
de Salud Integral de Adolescentes y Jóvenes.
2.Examinar y actualizar el marco jurídico
que protege los derechos de adolescentes y jóvenes.
3. Mejorar la oferta de servicios de salud diferenciados integrales
e integrados y de calidad para adolescentes, aumentando la capacidad de
respuesta del sector salud, con el fin de atender las necesidades de la
población adolescente, haciendo hincapié en el nivel primario y poblaciones
vulnerables.
4. Incorporar el
control de salud integral de adolescentes en la cartera de prestaciones del
Programa de la Red Asistencial del nivel primario de atención.
5. Fortalecer el
sistema de información de salud de adolescentes y jóvenes, desagregando la
información por edad, sexo, etnia y nivel socioeconómico, y generando
información de calidad en el nivel nacional, regional y local.
6. Abogar por la
presencia prioritaria de la temática de salud de adolescentes y jóvenes en las
agendas políticas públicas.
7. Contar con
recursos humanos con competencias y capacidades que respondan a las necesidades
y características de esta población.
8. Desarrollar un
plan de soporte financiero sustentable que permita la implementación del
Programa Nacional de Salud de Adolescentes y Jóvenes realizando anualmente
evaluación de logros de resultados comprometidos.
9. Establecer alianzas con los medios de comunicación a fin
de promover imágenes positivas de adolescentes y jóvenes que promuevan
comportamientos sociales y compromisos adecuados con las cuestiones de salud a
nivel nacional y regional.
10. Incorporar el
modelo de atención de salud integral para adolescentes dentro del Sistema Nacional
de Salud.
11. Conformar equipos de salud interdisciplinarios,
comprometidos y capacitados en los espacios diferenciados de salud integral de
adolescentes a nivel nacional.
12. Desarrollar áreas temáticas prevalentes de acuerdo al
perfil epidemiológico, tales como promoción de la salud, salud mental, salud
nutricional, salud sexual y reproductiva, discapacidad, enfermedades crónicas y
oncológicas, y salud odontológica.
13. Desarrollar un plan de evaluación, monitoreo y mejora
continua del Programa Nacional de Salud Integral de Adolescentes y Jóvenes.
14. Articular la red asistencial en torno a la salud de
adolescentes y jóvenes.
15. Garantizar el
acceso de la población de adolescentes vulnerables a la modalidad de servicios
de salud diferenciados.
16. Mejorar el acceso y abordaje oportuno de atención
diferenciada de adolescentes pertenecientes a instituciones de protección
social, con estrategias de articulación y coordinación con programas
intersectoriales.
17. Desarrollar estrategias de promoción orientadas a
fomentar factores protectores que contribuyan al desarrollo integral, con
intervenciones basadas en las comunidades que fortalezcan las familias,
incluyan las escuelas y fomenten una amplia participación de adolescentes y
jóvenes que permita prevenir problemáticas de salud que afecten su desarrollo
18. Desarrollar estrategias que promuevan el diálogo y
participación efectiva de adolescentes y jóvenes en iniciativas que favorezcan
la integración social y el reconocimiento del ejercicio de sus derechos.
19. Establecer alianzas estratégicas y mecanismos de
coordinación y cooperación intersectorial e instancias del ámbito público y
privado, para establecer convenios y líneas de trabajo conjunta que favorezcan
el desarrollo saludable de adolescentes y jóvenes.
Grupoobjetivo
Este programa incluye
como beneficiario directo a toda la población de adolescentes entre 10 y 19
años, para la atención de las actividades asistenciales de la atención
primaria, y agrega a jóvenes entre 20 y 24 años para las actividades de
promoción y prevención de salud. Los beneficiarios indirectos incluyen a la
familia, escuela y comunidad.
Sub programas:
·
Examen de Medicina Preventiva al mayor de 15
años
·
Tratamiento esquizofrenia
·
Tratamiento Quirúrgico Escoliosis
·
Alivio del dolor por cáncer avanzado y cuidados
paliativos
·
Síndrome de inmunodeficiencia adquirida VIH/
SIDA
·
Insuficiencia renal crónica terminal
·
Prevención del Parto Prematuro
·
Hemofilia
·
Fisura labiopalatina
·
Cardiopatías congénitas operables
·
Linfomas y tumores sólidos
·
Leucemia
·
Linfomas
·
Cáncer de mama
·
Cáncer de testículo
·
Hipertensión
·
Epilepsia
·
Asma bronquial
·
Diabetes tipo I y II
·
Trastornos de generación de impulso cardíaco y
conducción en personas de 15 años y más que requieren marcapaso.
·
Cáncer de próstata en personas de 15 años y más
·
Depresión en personas de 15 años y más
·
Consumo perjudicial alcohol y drogas 10 a 19
años
PRIORIDADES
TEMÁTICAS DEL PROGRAMA
Sobre la base de la situación epidemiológica
actual, el programa ha priorizado 8 áreas temáticas, vinculándose en su mayoría
con las metas propuestas en la Estrategia Nacional de Salud 2011-2020, para el
logro de los objetivos sanitarios de la década; a continuación se señalan las
principales estrategias definidas relacionadas con la mejor evidencia
disponible identificada, que permiten su recomendación:
PRIORIDADES TEMÁTICAS DEL
PROGRAMA Sobre la base de la situación epidemiológica actual, el programa ha priorizado
8 áreas temáticas, vinculándose en su mayoría con las metas propuestas en la
Estrategia Nacional de Salud 2011-2020, para el logro de los objetivos
sanitarios de la década;
a continuación, se señalan las
principales estrategias definidas relacionadas con la mejor evidencia
disponible identificada, que permiten su recomendación:
A.- Promoción de la salud
integral de adolescentes y jóvenes:
La orientación hacia la promoción
de la salud y la atención integral e integrada planteada por los organismos
internacionales, recomienda que los sistemas de salud centrados en la atención
individual, los enfoques curativos y el tratamiento de la enfermedad, deban
avanzar hacia el desarrollo de acciones dirigidas hacia la promoción de la
salud (OMS/OPS, 2007). Las metas de impacto asociadas a esta área son las
siguientes:
Meta 3.1: Aumentar las personas
con factores protectores para la salud, donde el desarrollo de programas
comunales de promoción de salud es uno de sus resultados esperados (Burke &
cols, 2010; Janssen & cols, 2010; Semeniuk & cols, 2010; Rodgers, A.
2004).
Meta 3.2: Disminuir un 5% la prevalencia
proyectada de consumo de tabaco en el último mes en población de 12 a 64 años.
La Estrategia Nacional de Salud 2011-2020 respalda la incorporación de
intervenciones de apoyo a la cesación del consumo de cigarrillos en las
actividades de la AP, repitiéndolas dado que se permite la repetición de las
consejerías en cada atención de salud, situación que aumenta y refuerza el
abandono. (Hoang, Thu & cols, 2005).
La promoción de salud como
estrategia, cumple un papel muy importante al promover entre los estilos de
vida saludable la “Vida sin Tabaco”. Esto busca proteger a los no fumadores del
humo de tabaco ambiental, mantener espacios para que niños y niñas crezcan sin
estímulos para fumar, y disminuir el consumo de tabaco general (OPS, 2008). Se
plantean estrategias como desarrollo de programas co- 69ASPECTOS TÉCNICOS Y
ADMINISTRATIVOS DEL PROGRAMA munales de cesación de tabaco y programas de
promoción de estilos de vida sin tabaco (OMS, 2008; Minsal, 2003a; Minsal,
2001; Minsal, 2003b).
Meta 3.5: Aumentar la prevalencia
de práctica de actividad física en adolescentes y jóvenes, con su resultado
esperado de aumentar un 30% la prevalencia de actividad física suficiente en
población entre 15 a 24 años. Se propone, entre otras cosas, el desarrollo de
programas de alimentación saludable y actividad física en establecimientos
educacionales. (Dietz & Gortmaker, 2001; López & cols, 2010; OMS, 2010;
Reinehr, Kleber & cols, 2009).
Meta 3.6: Aumentar la prevalencia
de conducta sexual segura en adolescentes y jóvenes, con su resultado esperado
de aumentar en 20% la prevalencia de uso consistente de condón en población de
15 a 19 años, activa sexualmente, para lo que se propone, en el ámbito de la
promoción, el desarrollo de planes comunales de promoción de salud sexual y
reproductiva (ONU/SIDA, 2007; Unaids, 2008; Unesco, 2009; Shutt Aine &
cols., 2003).
Meta 4.3: Disminuir la mortalidad por suicido
en adolescentes.
Meta 4.4: Disminuir el embarazo
adolescente, Para dar cumplimiento al objetivo de disminuir en un 15% la tasa
proyectada de suicidio en adolescentes, y disminuir en un 10% la tasa de
fecundidad proyectada en población menor de 19 años, se propone el desarrollo
de programas comunales de promoción de factores protectores de salud integral
de adolescentes y jóvenes (Aseltine & cols., 2007; Babiss & cols.,
2009; Taliaferro & cols., 2008; Wilcox & cols, 2008; Rhew & cols,
2010; OPS, 2006; Blum R. et al, 2000; Florenzano R. et al, 2009; Franko DL. et
al., 2008; Guyll M. et al., 2004)
B.- Prevención, atención integral y rehabilitación:
El Control de Salud Integral de
la población adolescente (Control Joven Sano), es considerado la puerta de
entrada al sistema de salud y, por tanto, es una valiosa oportunidad de
pesquisa y atención oportuna, según los problemas detectados (Ozer, Adams &
cols, 2011; Pbert, Druker & cols, 2011).
Acciones vinculadas a La Estrategia Nacional
de Salud 2011-2020 Incorpora como uno de sus resultados esperados, el aumento
progresivo de la cobertura de atención de adolescentes. Las metas de impacto
asociadas a las 8 áreas temáticas definidas como prioritarias por el programa e
insertas en la Estrategia Nacional de Salud son las siguientes:
1. Salud sexual y reproductiva
Meta 4.4: Disminuir el embarazo adolescente,
con su resultado esperado de disminuir 10% la tasa de fecundidad proyectada en
población menor de 19 años, se proponen las siguientes estrategias de tipo
preventiva, complementando las de tipo promocional antes enunciadas: aumentar
el acceso a métodos de regulación de fecundidad (OPS, 2006; Blum, R. &
cols., 2000; Florenzano, R. & cols., 2009; Franko, DL. & cols., 2008;
Guyll, M. & cols., 2004)aumento en la cobertura de visita domiciliaria con
foco en prevención de segundo embarazo (Gray, Sheeder & cols, 2006;
Rehnstrom & Velandia, 2006), implementación de programas para el
fortalecimiento de habilidades parentales en familias vulnerables, aumento de
la cobertura de la consejería en salud sexual y reproductiva; esta última se
encuentra avalada por ONU/ SIDA, en sus recomendaciones para las intervenciones
en salud sexual y prevención del VIH en jóvenes. Se establece, además, que es
necesario combinar estrategias multi-sectoriales y complementarias, a través de
la aplicación de intervenciones que promuevan un comportamiento sexual seguro,
educación sobre las conductas sexuales, el VIH/ITS y el embarazo no deseado
(ONU/SIDA, 2007; Unaids, 2008) y debe incluir planificación familiar, pruebas
de embarazo, pruebas de ITS, tecnología preventiva y proveer información
precisa acerca de la sexualidad, embarazo, maternidad, paternidad, roles de
género, conducta sexual, respuesta sexual, orientación sexual, anticonceptivos,
abuso sexual, VIH/SIDA y otras ITS, exploración de creencias culturales y
valores sobre la sexualidad (Unesco, 2009; Shutt-Aine & Maddaleno, 2003;
Flynn, Aldrovandi & cols 2011).
Meta 3.6: Aumentar la prevalencia de conducta
sexual segura en adolescentes y jóvenes, con su resultado esperado de aumentar
20% la prevalencia de uso consistente de condón en población de 15 a 19 años,
activa sexualmente, donde entre las estrategias propuestas se encuentra el
aumento de cobertura de consejerías en salud sexual y reproductiva y el acceso
a preservativos (ONUSIDA, 2007; UNAIDS, 2008; UNESCO, 2009; Shutt Aine &
cols., 2003.)
2. Salud mental
Los problemas de salud mental afectan a los
individuos como también a sus familiares, alterando la dinámica y los roles en
las interacciones entre ellos la Estrategia Nacional de Salud 2011-2020
propone, entre otras estrategias, la detección oportuna de problemas de salud
mental mediante el uso de instrumentos de tamizaje, y capacitación en el
reconocimiento de riesgo suicida en adolescentes, incrementando la detección
oportuna, además de estrategias de prevención comunal de consumo de drogas y
alcohol.
Las metas de impacto asociadas a esta área
temática son:
Meta 2.7: Disminuir la prevalencia de
discapacidad en personas con enfermedad mental, con su resultado esperado de
disminuir en un 10% la prevalencia de discapacidad severa en trastornos de
salud mental seleccionados, asociado a estrategias como aumentar la cobertura
de los equipos especializados en salud mental y la utilización de instrumentos
de pesquisa, y mejorar la calidad de las intervenciones (Barlow, Smailagic
& cols, 2011; Alvarado, Erazo & cols, 2006; Rhew & cols, 2010; OMS,
2004).
Meta 3.3: Disminuir en un 10% la
prevalencia proyectada de consumo de riesgo de alcohol en población de 15 a 24
años; se proponen entre otras estrategias, el desarrollo de programas de
intervención breve a adolescentes consultantes en los “espacios diferenciados
para adolescentes” (Babor & cols., 2003; Babor & cols., 2005; Anderson
& cols., 2009; Safer & cols., 2002; Wagenaar & cols., 2000; Shults
& cols., 2001; Anderson & cols., 1992; HigginsBiddle & cols., 1996;
Beich & cols., 2003). Meta
3.7: Disminuir en un 5% la
prevalencia de consumo de drogas ilícitas durante el último año en población de
12 a 64 años; se proponen estrategias como potenciar habilidades familiares
para prevenir el consumo de sustancias, actividades en el medio escolar, especialmente
en familias de alto riesgo, y fomento de las herramientas personales de los
jóvenes a nivel de las comunidades (Unodc, 2010); estrategias de intervención a
nivel de Atención Primaria (Mathias, 2002) y actividades preventivas a nivel
comunal.
Meta 4.3: Disminuir en un 15% la
tasa proyectada de mortalidad por suicidio en población de 10 a 19 años, se
proponen estrategias de prevención como el desarrollo de progra- 71ASPECTOS
TÉCNICOS Y ADMINISTRATIVOS DEL PROGRAMA mas de prevención integral de salud
mental, programas de capacitación en gatekeepers o “facilitadores
comunitarios”, aplicación de tamizaje de riesgo suicida y tamizaje de riesgo de
depresión (Aseltine & cols, 2007; Babiss & cols., 2009 Burke &
cols, 2010; Taliaferro & cols., 2008; Wilcox & cols, 2008; Semeniuk,
Brown & cols., 2010; Rhew & cols, 2010).
3. Salud nutricional
La exposición a factores de
riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas es un problema que se
presenta desde edades tempranas de la vida. Por ejemplo, un valor elevado de
IMC en niños se asocia con un mayor riesgo de desarrollar en la edad adulta
enfermedades cardiovasculares, ateroesclerosis, obesidad y mortalidad (Berenson
& cols., 1998; Kuh & cols., 1998). Por otra parte, en etapas tempranas
de la vida la ingesta elevada de sodio condiciona las cifras de presión
arterial, lo cual podría aumentar el riesgo de hipertensión arterial durante la
edad adulta (Hofman & cols., 1983). La evidencia científica respaldada en
la ENS refiere que intervenciones en actividad física a pre-escolares y
escolares de enseñanza primaria y secundaria producen modificaciones en
distintos parámetros antropométricos, disminuyendo el riesgo de sobrepeso
(Dietz & Gortmaker, 2001; López & cols, 2010). Dentro de lo relacionado
con el tratamiento de personas que presentan malnutrición por exceso, sea
obesidad o sobrepeso, la evidencia señala que, en su totalidad, cualquier
intervención (ambulatoria) en adolescentes y/o niños, debe enfocarse en los
pilares de actividad física, educación alimentaria nutricional, y terapia
sicológica al niño/niña y su familia, constituyendo intervenciones en “estilos
de vida” (OMS, 2010; Reinehr, Kleber & cols, 2009). Las intervenciones de
nutrición tienen como objetivo instalar hábitos de alimentación saludable y
detectar niños y niñas con riesgo de malnutrición o mal-nutridos y derivarlos
al profesional que les brinde, oportunamente, una atención a su problema.
Meta 3.1: Aumentar la prevalencia de al menos
cinco factores protectores de la salud, en población mayor de 15 años. Dentro
de los factores protectores asociados a la dieta están: índice de masa corporal
<25, consumo de al menos cinco porciones de frutas y verduras al día y
disminución de la ingesta de sodio a menos de 5 g/día.
4. Enfermedades crónicas
La vinculación de esta área
temática se realiza, a través de la meta de impacto 3.2 Disminuir el consumo de
tabaco, y en la existencia de garantías GES como Examen de Medicina Preventiva
en el mayor de 15 años, tratamiento de la Hipertensión primaria esencial en
adolescentes de 15 y 19 años y jóvenes de 20 a 24 años, Asma bronquial moderada
y grave en adolescentes de 10 a 14 años y tratamiento de la Diabetes mellitus I
y II en adolescentes de 10 a 19 años.
5. Enfermedades oncológicas
La Estrategia Nacional de Salud 2011-2020 no
incorpora explícitamente metas que vinculen esta área temática. Sin embargo,
existen garantías GES que incorporan a la población adolescente, entre las
cuales se encuentran el tratamiento de Linfomas y tumores sólidos en menores de
15 años, Leucemia en menores de 15 años, Linfomas en personas de 15 años y más,
Cáncer de mama en personas de 15 años y más, Cáncer de testículo en personas de
15 años y más y Cáncer de próstata en personas de 15 años y más.
6. Discapacidad
La Estrategia Nacional de Salud
señala que la “discapacidad, cualquiera sea su causa, es la resultante de la
interacción entre deficiencias estructurales y/o funcionales del individuo y
las características intrínsecas de la persona, sumado a otras condiciones del
medio ambiente, principalmente del ámbito social (CIF, 2001). Desde la
perspectiva del análisis de las inequidades, es claro que la magnitud de la
discapacidad tiene íntima relación con las condiciones medioambientales,
particularmente las condiciones socioeconómicas que favorecen la aparición de
barreras (físicas, financieras y sociales, entre otras), las cuales, también
pueden limitar el acceso a las prestaciones asistenciales. Sin embargo, la
discapacidad por sí misma determina mayor vulnerabilidad y riesgo de descenso en
la posición social, tanto de los individuos como de sus familias. En población
adolescente y joven, la estrategia propone resultados esperados en cobertura y
calidad de la atención, trabajo intersectorial, participación y resultados
esperados en integración de personas con discapacidad en órganos de los
sentidos (Anna & cols., 2010; Heidi & cols., 2008; Wolff & cols.,
2009; Grill & cols., 2006; Bamford & cols., 2007; Puig & cols.,
2008). La evidencia señala que la pesquisa precoz y tratamiento oportuno en
niños mejora los resultados clínicos y la inserción social posterior, tanto en
los casos congénitos como adquiridos (Pioli & cols., 2011). De esta forma,
se buscará iniciar tempranamente las intervenciones de rehabilitación, y
aumentar su cobertura actual (Velema, 2008). A su vez, programas basados en
este modelo tienen el potencial de mejorar la calidad de vida de sus
beneficiarios (Mannan & cols., 2007).
7. Salud Bucal
La Estrategia Nacional de Salud 2011-2020
propone reforzar el componente educativo para la instalación temprana de
hábitos saludables de higiene y alimentación. En niños pequeños, la promoción
de hábitos saludables debe ser realizada a través de múltiples intervenciones y
programas de promoción dirigidos a los padres (Douglass & Douglass, 2009;
AAPD, 2008). Por ejemplo, las patologías bucales son evitables con simples
medidas de auto cuidado aplicadas desde la gestación (International Union for
Health Promotion and Education, 1999). La También, la Estrategia propone el
reforzamiento del componente de salud bucal en el Modelo de Atención Integral
con enfoque familiar y comunitario (Minah, Lin & cols, 2008).
Meta 2.9: La meta de impacto
asociada y que considera a la población adolescente es la de prevenir y reducir
la morbilidad bucal de mayor prevalencia en niños y adolescentes, con énfasis
en los más vulnerables, con su resultado esperado de disminuir un 15% el
promedio de dientes dañados por caries en adolescentes de 12 años en
establecimientos de educación municipal. El desarrollo de estas áreas se
efectúa preferentemente en el nivel primario de atención, su implementación se
realizará en forma progresiva, comenzando por las acciones de promoción y
prevención en el nivel primario, hasta llegar al nivel terciario de resolución.
8. Actividad Física
Debido a que la actividad física
desde la perspectiva sanitaria debe entenderse como un componente de la
promoción y prevención de la salud, para contribuir al desarrollo armónico e
integral del individuo y su bienestar biopsicosocial, y considerando además que
la inactividad física representa el cuarto factor de riesgo más importante de
mortalidad en todo el mundo (6% de las defunciones a nivel mundial), siendo
sólo superada por la presión arterial elevada (13%) el consumo de tabaco (9%) y
la glicemia elevada (6%) (OMS, 2010), la OMS publicó en el 2010 recomendaciones
para la práctica de actividad física, en la que exhorta 1 hora diaria de
actividad física para jóvenes entre 10 y 17 años, entendiéndose para este grupo
de edades, como juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas,
educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la
escuela o las actividades comunitarias. La meta de impacto asociada a esta área
es la Meta 3.5, que considera aumentar la prevalencia de práctica de actividad
física en adolescentes y jóvenes, con su resultado esperado de aumentar 30% la
prevalencia de actividad física suficiente en población entre 15 a 24 años, y
propone, entre otras cosas, el desarrollo en establecimientos educacionales de programas
de alimentación saludable y actividad física (Dietz & Gortmaker, 2001;
López & cols, 2010; OMS, 2010; Reinehr, Kleber & cols, 2009).
Las siguientes actividades se
refieren principalmente a las que se desarrollan tanto en establecimientos de
salud primaria: establecimientos y/o centros de salud familiar urbanos y
rurales, postas y estaciones médico rurales, centros comunitarios de salud
familiar (CECOSF), como en otros establecimientos que reúnan las condiciones
físicas y de privacidad requeridas por este grupo etario, como escuelas,
centros juveniles y comunitarios, entre otros. Las intervenciones las otorgan
un equipo interdisciplinario de profesionales, con competencias para la
atención de salud de esta población. Siendo objeto de un segundo documento
definir organizacionalmente y técnicamente las acciones del nivel secundario y
terciario y la referencia y contrareferencia entre ellos. Cada una de las
actividades definidas a continuación son prestaciones que se realizan en el
nivel primario de atención, y forman parte de las Orientaciones Programáticas
Anuales para la Atención Primaria; todas se encuentran en los respectivos
registros estadísticos mensuales (REM) del sistema de información del
Ministerio de Salud. De este modo, se ha propuesto un flujograma, cuyos
procesos dan cuenta de dinámicas de funcionamiento que permitirán un acceso más
expedito a la atención de adolescentes y jóvenes en el sistema público de salud
en el nivel primario de atención.
SITUACIÓN DE SALUD DE ADOLESCENTES
1. Características sociodemográficas
Según proyecciones del Censo
2002, la población de adolescentes (10-19 años) y de jóvenes (20 y 24 años)
representa el 17% y 8,3% del total de la población chilena,
respectivamente. Para el 2020, según el INE, se estima que ambos grupos representarían el 21% de la población total, estimada en 3.859.275 de adolescentes y jóvenes (Instituto Nacional de Estadísticas, INE, 2009)
a) Distribución de la población de adolescentes en el país inscrita
en Atención Primaria de Salud
·
Del total de adolescentes (17%)
de la población general del país (Tabla Nº1) el 75% de hombres y mujeres de 10
a 19 años se encuentra inscrito en la atención primaria del sistema público de
salud (Tabla Nº2), lo cual, muestra el gran desafío que genera la demanda de
servicios de salud para la satisfacción de las necesidades de atención de este
grupo.
b) Distribución de Población Adolescente y Joven por Grupo de Edad y
Región
La distribución por regiones refleja una menor presencia de
adolescentes y jóvenes en la Región de Magallanes, con un 19,2% (Gráfico No2);
en tanto, en la Región de Atacama se encuentra la proporción más alta con un
27,7% del total de población de dicha región.
En relación a la
declaración de pertenencia a algún grupo étnico, ésta es de alrededor de un 7%
en todos los rangos etarios; el mayor porcentaje corresponde a la etnia mapuche
con un 8%, 7,2% y 6,5% en los rangos etarios de 10-14, 15-19 y 20-24,
respectivamente, le sigue la etnia Aymará en un porcentaje de 1% (Tabla No3).
c) Distribución de
Población Adolescente, según situación de pobreza
Respecto al nivel de pobreza e indigencia, la población infantil
y adolescente presenta proporciones superiores de pobreza y de indigencia que
la población de jóvenes y de adultos (Gráfico No 3). Hasta los 14 años, un
21,5%es indigente o pobre, situación que afecta al 19,8% de los adolescentes de
15 a 19 años.
Al desagregar por región, se observa claramente que las
regiones que concentran mayor población adolescente viviendo en situación de
pobreza, corresponden a la Región Metropolitana, Biobío y Valparaíso; y las
regiones con menos población en situación de pobreza corresponden a las
Regiones de Arica y Parinacota, Magallanes y Aysén. Respecto a la distribución
por sexo, no hay diferencia significativa en la distribución de la pobreza por
sexo en las distintas regiones, con excepción de la Región de Arica (Tabla
No4).
c) Distribución de
la Población de adolescentes atendida por el Servicio Nacional de Menores
(Sename)
Existe en el país un grupo de adolescentes con diversas
formas de vulneración de sus derechos, que son sujetos de atención del Servicio
Nacional de Menores y que requieren servicios de salud oportunos y efectivos.
De acuerdo a la naturaleza de las acciones involucradas en su atención, se
distribuyen en población atendida por el departamento de Justicia Juvenil y el
departamento de Protección de Derechos.
La distribución de esta población es como sigue:
• Población de adolescentes del circuito de Justicia Juvenil
atendidos (se consideran los ingresos, los que egresaron y los vigentes) durante
el 2009 (Sename, 2010), (Tabla No 6).
• De los 32.282, un 91% son hombres y el 9% son mujeres.
• El 23,6% se encontraba en centros de administración
directa de Sename (privados de libertad) y el 76,4 % fueron atendidos por
instituciones colaboradoras
En diversos estudios sobre la situación de salud de esta población
(Sename, 2004; Sename, 2006; Minsal, 2007), se da cuenta sobre la alta complejidad
biopsicosocial que los afecta. Para su abordaje, en el 2000 se establece un convenio
marco entre los ministerios de Justicia, Salud y el Sename, el que señala que
“debe existir mutua cooperación para el expedito acceso de los niños, niñas y
adolescentes a todas aquellas prestaciones de salud que sean necesarias para su
normal e integral desarrollo”, manifestando con especial énfasis permitir un
“rápido ingreso, la atención expedita y oportuna a los niños, niñas y
adolescentes que
concurran a los niveles de atención primaria, secundaria, de
especialidades y exámenes, y de hospitalización, evitándoles esperas,
considerando que su condición no lo hace aconsejable”. El convenio indica a su
vez que la inscripción de la población infanto juvenil de los centros de
administración directa de Sename, en cualquier nivel de atención, será
clasificada en el grupo A del Régimen de Prestaciones de Salud que establece la
Ley No18.469, en razón de su calidad de indigencia y dependencia del Estado
para todos los efectos de su subsistencia y cuidado.
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